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Galletas con chispas de chocolate

Nada le gana a una buena galleta. De esas que son suavecitas por dentro y crocantes por fuera. En mi caso tiene que tener algo extra. Algo que diga «no se puede comprar en otro lugar».

Después de varias tandas de galletas, ensayos de ingredientes y algunos kilos de más, logré encontrar la receta de las galletas con chispas de chocolate que más me ha gustado.
Tiene un par de elementos que las hacen diferentes a otras. La esencia de almendras y el café instantáneo sabor a vainilla hacen que estas galletas tengan ese je ne sais quoi al probarlas.

Además encontré algunos tips que definitivamente ayudan a que la galleta se vea bonita y que se hornee con facilidad.
Esta receta rinde para 18 o 20 galletas. Pero créanme, cuando llevo al trabajo se acaban en menos de 5 minutos.

Tip #1: Usar una cuchara para helado.

Es la medida perfecta y hace que las galletas tengan tamaños y formas muy similares entre sí. Además facilita el manejo de la masa, que es suave y pegajosa.

Tip #2: La forma perfecta con harina (opcional)

En mi última experimento con estas galletas, decidí hacer algo diferente. Igualmente saqué la medida con la cuchara para helado. Pero esta vez enhariné mis manos y puse la bolita de masa y rodé un poco. También espolvoreé muy poca harina en la bandeja. A mi parecer, este método ayuda a encapsular la masa, y que las galletas no se expandan tanto. No me gustan las galletas planas… ABURRIDOOO!!! Pero hay que tener cuidado de no poner mucha sino, se van a ver parchones blancos de harina al final.

Tip #3: Chispas de chocolate extra.

La masa va a tener una buena cantidad de chispas de chocolate en ella, pero me gusta colocar algunas arriba para que se vean al terminar de hornear.

Tip #4: ¡Batir, batir batir!

Algunas recetas recomiendan utilizar mantequilla derretida. Pero a mi me gusta usarla a temperatura ambiente (muy suave). Cuando se bate, crea una textura mucho más espumosa, y eso ayuda a que la galleta tenga más cuerpo. Pero ¡ojo! hay que asegurarse de que haya sido completamente incorporada en la masa, sino, habrán trozos grasosos en la masa y se va a hornear así.

Tip #5: Que se congelen.

Esperarse a probar las galletas es casi tortura. Pero es un paso SUPER IMPORTANTE para que no se expandan mucho cuando se hornean.

Tip#6: Conociendo mi horno.

Llevo varios años tratando de entender mi horno. Honestamente a veces me traiciona. Pero con el paso del tiempo hemos encontrado un punto medio donde nos entendemos. Por lo general, le resto 10º o 15° a la temperatura que dice en la receta (dependiendo de si es ºC o °F) y así calculo mejor si hay que sacar la preparación inmediatamente o si me puedo arriesgar a dejarlo un poquito más de tiempo. Muchos hornos tienen su maña.

Tip#7: El tiempo es oro.

El tiempo que se dejen las galletas vs. la temperatura es muy importante. Por eso es indispensable una alarma para que no se quemen. 1 minuto puede hacer la diferencia entre galletas tostaditas por fuera y suaves por dentro a quemadas por debajo.

Tip#8: Laboratorio de pruebas.

Hacer una tanda pequeña de galletas primero ha hecho que no me embarque a perder todo el esfuerzo que he puesto en la receta. Como dije antes, mi horno a veces hace berrinches y no hornea de manera uniforme. Así que doy vuelta a las bandejas a la mitad de la preparación (en especial con pasteles y galletas) para asegurarme que toda la bandeja se caliente igual.

Anímense a experimentar con otros ingredientes. Si en lugar de chispas de chocolate quieren nueces, pistachios, arándanos, incluso jengibre o naranja caramelizada o una mezcla de varios, ¡adelante! Estoy segura que sabrán incluso mejor.

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